Dormir.
Me encanta dormir, pero lo justo. Ocho horas. Vuelvo a dormir como debo, vuelvo a quedarme dormido cuando me pongo una peli por la noche, vuelvo a remolonear para levantarme de la cama.
Todo vuelve más o menos a la normalidad poco a poco. Lo que parecía el fin del mundo hace veinte días, hoy está asumido.
Lo que digo siempre: Al final, uno se hace a todo, por muy imposible que parezca.
Te amo.
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