Powered By Blogger

miércoles, 8 de junio de 2011

Cóctel del imbécil.

Cojamos un bastante de orgullo.
Cojamos un suficiente de heridas del pasado.
Cojamos un mínimo de ganas de rebozarnos en ellas.
Añade cabezonería, tontería que devora inteligencia.
Palabras sin vocales. Frases sin artículos. Sonidos a medias. 
Medios de comunicación inexpresivos. Atonales.
Vendas para no ver. Hielo para enfriar.
Granos que se convierten en piedras. En planetas. En galaxias.
Piedras que se repiten a cada paso, para tropezar mil veces, siempre en las mismas.
Egoísmo que no cabe en el Universo. Ni en dos.
Nos empeñamos en crear este cóctel.

Déjame que te diga que somos un par de gilipollas.

Déjame que te diga que soy tan gilipollas que te quiero,
que no me acuerdo de olvidarte.
Voy a tirar ese combinado a la basura. Ocúpate de bajarla a la calle.




1 comentario:

Icewoman dijo...

No debería escribir nada.
Debería callarme y aguantarme porque no tengo derecho a decir nada. Tú mismo lo dijiste. No tengo derecho porque me he encargado de tirar todos mis malditos derechos a la basura.

Tú fuiste un auténtico imbécil en su momento. Tú me hiciste daño como jamás nadie me lo había hecho.

Pero yo te he ganado estos meses. Te he ganado en gilipollez infinita y en egoísmo extremo. Precisamente porque sé que está mal que te escriba justamente ahora esto. ¿Qué le voy a hacer? Es lo que intenté decirte con indirectas el otro día... Me hacía falta un golpe de verdad para darme cuenta de todo. Supongo que en alguna parte de mi cabeza yo pensaba que encima de aguantar todo lo que has aguantado estos meses, también ibas a esperarme eternamente.

No espero que digas nada. No espero que me regales el oído y me contestes que aún me quieres. Realmente no sé si espero algo o si no lo espero. De hecho, ni siquiera sé si llegarás a leer esto. He entrado aquí después de armarme de valor y buscar tu nombre entre mis contactos del móvil y escribirte para dejarte caer que me gustaría tomarme un café contigo. Me he puesto a leer, y me he sentido aún más imbécil. No sé quién he estado siendo hasta ahora. No tengo ni la más mínima idea.

No debería estarte escribiendo. Tú estás bien. Tú eres feliz ahora. Estás con alguien que te quiere. No debería hacerlo, pero es que siento que he perdido algo que la gente se pasa la puta vida buscando y ni siquiera lo he perdido por una buena razón. Lo he perdido porque sí. Porque he estado jugando.

Ya lo sabes, te veía como un enemigo. No sé por qué. Soy idiota. Eras la única persona en el mundo capaz de quedarse dos horas al teléfono solo porque yo tenía miedo a la oscuridad estando sola en casa. Me demostrabas constantemente que me querías con todas tus fuerzas. Y yo miraba para otro lado.


Lo siento.

Siento haber provocado todo esto. Siento haber llegado tarde.

No sé cuánto caso haces a estos comentarios. No sé si llegarás a leerlo o no. Por favor, no te enfades. No me lo tengas en cuenta. Necesitaba soltar todos estos pensamientos en algún lado.

Ojalá te olvide pronto. Ojalá se me olvide todo esto pronto.

Quizás yo también.