Powered By Blogger

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Cuestión de lógica.

Si dos son A + A y uno de los dos se convierte en Z...Cuál de los dos cambió su punto de vista?



































Ambos. Pero A y Z siempre creerán que fué el otro.

miércoles, 8 de junio de 2011

Cóctel del imbécil.

Cojamos un bastante de orgullo.
Cojamos un suficiente de heridas del pasado.
Cojamos un mínimo de ganas de rebozarnos en ellas.
Añade cabezonería, tontería que devora inteligencia.
Palabras sin vocales. Frases sin artículos. Sonidos a medias. 
Medios de comunicación inexpresivos. Atonales.
Vendas para no ver. Hielo para enfriar.
Granos que se convierten en piedras. En planetas. En galaxias.
Piedras que se repiten a cada paso, para tropezar mil veces, siempre en las mismas.
Egoísmo que no cabe en el Universo. Ni en dos.
Nos empeñamos en crear este cóctel.

Déjame que te diga que somos un par de gilipollas.

Déjame que te diga que soy tan gilipollas que te quiero,
que no me acuerdo de olvidarte.
Voy a tirar ese combinado a la basura. Ocúpate de bajarla a la calle.




miércoles, 4 de mayo de 2011

Montaña rusa.

Subidas, bajadas.
Estómago en el pecho, nudos en la garganta.
Lágrimas. Sensaciones.
Emociones.
Quizá llegamos al fin del trayecto de nuestra montaña rusa.
Sólo tienes que darme la mano al bajar.

jueves, 28 de abril de 2011

Por qué?

Porque te beso y me muerdes.
Porque te miro y me escupes.
Porque te enfrías si te digo ¨te amo¨.
Porque te calientas si te digo ¨te odio¨.
Porque te abrazo y me das una patada en los huevos.
Porque hace diez segundos me querías.
Porque ahora me odias.
Porque la última vez que parpadeé tenías una sonrisa.
Porque ahora lloras.
Porque no me quieres.
Porque ya no te quiero, aunque te mienta al decirte que no te quiero ya.




martes, 12 de abril de 2011

La primera cerilla.

Ella era una chica de esas que nunca se olvidan.
Mirada penetrante, voz envolvente y sensual, labios que siempre apetece besar. Inteligencia y creatividad extrema. Tenía ímpetu, ganas de vivir y una paciencia y aguante dignas de un monje budista. Era inocente dentro de su no inocencia. Era generosa hasta el infinito. Su cara iba pintada de alegría. Su cuerpo de pasión.
El...simplemente era él.
Un día le contagió las ganas de vivir, y él no tuvo más remedio que enamorarse. No se podía escapar. Era un magnetismo demasiado penetrante.
Ellos fueron capaces de sudar en el polo norte. Rieron mucho juntos. Confiaban el uno en el otro. Se amaban, tanto que tocaron la frontera entre el amor y la locura. Sus besos eran de fuego. Sus caricias de nube. Lloraron juntos. Se abrazaban de tal manera que estaban a punto de romperse. Y hablaron de Menorca y de una casa para reformar. Les invadió la ilusión.
Pero un día la historia giró. Sin motivos graves, giró.
Uno miraba a la derecha y el otro a la izquierda.. Dejaron de mirarse a los ojos.
Y empezaron a escudarse sin motivo. A encender una cerilla cerca del pajar. Y se apagaba parcialmente. Y encendían dos y una caía al combustible. Y lo apagaban un poco menos. Y encendían tres. Y cuando se prendía, intentaban apagarlo con gasolina. Y prendía más. Y echaban queroxeno para sofocarlo.
Y así, de repente y sin apenas darse cuenta, la historia de amor más intensa del mundo ardió. Es imposible explicar por qué. Es imposible entenderlo. Se autodestruyeron los dos. Quizá fueron desbordados por nimiedades. Quizá no lograron entenderse.
...O quizá fue el amor hambriento de normalidad el que les destruyó simplemente por no haberse guardado la primera cerilla.


Chica que nunca se olvida...jamás te olvidaré.

viernes, 1 de abril de 2011

Pilares de aire.

...Aprendió a volar. Un día aprendió a construir pilares sobre el aire. Una noche cualquiera, varias noches cualesquiera, tuvo el mal sueño de caer durante un tiempo eterno hasta el vacío.

Normalmente era un tipo luchador. Constante en la sombra hasta decir basta por conseguir esas grandes cosas que la mayoría de gente descarta desde el principio por complicadas. Gran reconstructor de pilares derruídos, ésta vez se le iba acumulando el trabajo y cada vez que reconstruía alguien se lo tiraba al instante. Y los pilares iban siendo cada vez más débiles. Y su capacidad de reconstruir se iba mermando junto con su resistencia física y mental.
Decía ¨te quiero¨, obtenía silencio.Óxido.
Escribía palabras ilegibles. Óxido. Emitía palabras sordas. Óxido. Tendía su mano con una sonrisa y recibía una cruzada de brazos. Más óxido.
Y empezó a caer. Y siguió cayendo. Y mientras caía seguía construyendo pilares con el aire del descenso a falta de materiales más adecuados. Y una llamarada consumía el oxígeno y se volvían a desvanecer.
Encajó toda clase de bofetadas. Y quiso encajarlas mientras la piel siguiera estando en su sitio. Sabía que podría merecer la pena. Sabía que era así. Y también que lo mismo que podría matarle podría salvarle.


No fue una noche cualquiera, ni varias noches cualesquiera. Estaba despierto, malsoñaba despierto. Y un día dejará de caer para estamparse contra el suelo y el golpe le hará despertar. Podrá ver la sonrisa que no encontraba. Sabrá que el rescate venía de otro lugar. Y escuchará entonces la voz dulce envuelta en eco que tanto esperaba:
-¨Psssst, pssssst Javi...Javi!!!!!¨...¨Te estuve llamando y no me oías...¨, ¨Estoy aquí, no temas más...¨

Y entonces será cuando se te haga de noche. El día que me estampe no volveré a volar por tí.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Pequeños placeres de la vida.

Domingo. Taparte con una manta en el sofá cuando cae el diluvio universal fuera.
Beber cuando se tiene sed.
Un abrazo cuando lo necesitas.
Ducharte con agua caliente cuando más frio hace.
Sentir besos en la espalda mientras estás medio dormido.
Conducir sin techo en primavera con el olor de los prados rodeándote.
Tocar el piano sobre ella/él.
Despertarte antes de tiempo sin querer, creer que te tienes que levantar y descubrir que aún te quedan seis horas de sueño.
Saber a sal del mar.
Un día de campo.
Hacer el amor en cualquier parte, porque el momento lo requiere.
Caricias en la espalda.
Oler la tierra mojada. Escuchar la lluvia.
Escuchar un aviso en el móvil y ver que es un mensaje tuyo.
Sacar fotos y que salgan bien.
Escuchar un buen disco de jazz con una copa de vino.


...Y ahora dime. Es necesario complicarla tanto?

martes, 29 de marzo de 2011

Vengo a matarte.

... Cuando se quiso dar cuenta ya tenía la soga al cuello.

Iban a condenarle a muerte por algo que no hizo. El no era culpable.
La fatiga y un feroz aturdimiento no le habían dejado ver el transcurso de los acontecimientos con claridad. Había sido derrotado.
Llevaba descalzo algunos días caminando sobre cristales rotos, otros sobre prados eternos de albahaca fresca, otros sobre un hilo de seda que unía dos puntos invisibles sobre un abismo. Y descalzo se hallaba sobre una silla de dos patas, áspera y fría como el acero. Frente a él, un mar embravecido hasta tocar lo violento. No sabía cómo había llegado hasta aquel lugar, pero era patente que allí estaba. Con la cuerda rodeando su cuello y atado de pies y manos.

Mientras agotaba los últimos vaivenes de su respiración, notó una presencia cercana. Una inquietante tranquilidad se abrió paso en aquel extraño instante entre la desesperación y la agonía.Venía unida a una extraña emoción...la misma que se siente cuando la felicidad ocupa hasta la última vena del cuerpo. Notó que sus pulmones demandaban más cantidad de oxígeno para que su corazón pudiera bombear la cantidad de sangre que aquel sentimiento le estaba provocando.

Sin abandonar su pose cabizbaja, levantó la vista para intentar vislumbrar qué era. Localizó rápidamente a una figura que emanaba todo aquello que en ese momento le daba la oportunidad de creer que estaba soñando. Al fin y al cabo... ¨Jamás podría sentir lo que siento estando a punto de morir¨.
Aquella silueta iba ganando claridad a medida que avanzaba hacia él entre una tupida niebla. Llevaba un abrigo negro largo y una capucha que sombreaba su rostro por completo. Era una mujer. Ciertamente siniestra. Pero emanaba lo contrario.
Aquella figura llegó a su altura. Le cogió muy sutilmente de la barbilla, deslizando su suave mano debajo de ella. Parecía que su descuidada barba podría rasgar una piel tan perfecta.
Le hizo abandonar por completo su postura abatida, levantando su mirada un poco más arriba de la línea horizontal que el mar dibujaba frente a él. Al mismo tiempo, ella variaba también la postura de la cabeza, buscando con sus ojos los ojos que tenía delante.
El no podía ver quién era. Su rostro era totalmente sombrío, por culpa del capuchón.
La figura acercó sus labios, buscando encontrarse con los suyos. Se detuvo a pocos milímetros y le susurró con voz distorsionada y triste:

- ¨Vengo a matarte. Soy tu verdugo¨

La esperanza murió poco antes de lo que iba a hacerlo él. Era inocente. Ya no había sueño. El corazón se desgajaba. El alma le estaba diciendo adiós. El dolor ya no era dolor.

Sólo pudo emitir una frase, aún consciente del brutal desconcierto en el que estaba sumergido:

- ¨¿Quién eres?, ¿por qué me matas?¨

Ella dejó de sostener su barbilla, para, con ambas manos, deslizar su capuchón hacia atrás. Al mismo tiempo dejó caer el oscuro abrigo por sus hombros para dejarlo posar en el suelo.
Era lo más bello que él había visto nunca, emitía una luz capaz de iluminar al corazón más oscuro.
Pero no era la primera vez que lo veía.

Aquella figura era el alma a la que amó y amaba como nunca jamás amó a nadie.
La misma que le amó a él hasta el infinito.
La misma que acercó su pie a la silla de dos patas.
Un pequeño gesto y acabaría con su vida.

La bella mujer inundó su torso de aire:
- ¨Te amé como a nadie y me hiciste esperar. Me hiciste sufrir.  Me hiciste llorar. Me hiciste reir. Te dí mi mejor beso. Te regalé mi vida durante un tiempo y no supiste aceptarla. Me dejé la piel a tiras sobre los días del calendario por conseguirte. Ahora déjame decidir si debes pagar por ello o no¨

Y él, inerte sin morir, sólo pudo esperar. Y se dió cuenta de que no había soga, ni silla de dos patas, ni cuerdas en sus pies y manos.
Lo que estaba a punto de matarle no era otra cosa que el amor de ambos.






Dedicado a tí, bella mujer verdugo. Déjame entrar.

viernes, 18 de marzo de 2011

Ilumíname.

...Y por fín, entre tanta nube, oscuridad y frío, por fin salió.
Te necesitaba, sol. Quédate y no te vayas nunca.

jueves, 17 de marzo de 2011

Coctail.

Querer sin ser querido.
Hablar sin ser escuchado.
Ansiando cercanía, recibiendo lejanía.
Enseñar la cara y ver la espalda.
Sentir que no existes. Rabia y dolor. Impotencia.
Desvanecerse físicamente.
Desvanecerse mentalmente.
Estar sólo contra el mundo y pensar que no puedes hacer más para evitarlo.
Creer y que no te crean.

Y no saber qué has hecho para merecer todas esas cosas.
Reúnelas en la persona a la que amas.
Dime...puede haber algo peor?

Es caprichoso el azar...

Tanto tiempo esperándome. Tanto tiempo esperándote. Tanto tiempo esperándonos.
Fue caprichoso el azar. Es caprichoso el azar. Y a veces un hijo de puta.
Habla por mí, Joan Manuel...


Me duele el corazón, se me apagó el alma.

jueves, 10 de marzo de 2011

Algo inútil.

Soy yo.
El de la bolsa en la cabeza. El que dice cosas absurdas. El que está enamorado de tu tripa. El mismo que tanto te hizo reir. Aquel al que amaste como a nadie. Yo soy el de Aranjuez y Menorca. El que te supuso tanto esfuerzo conseguir. El del chocolate con naranja.
Yo soy ese al que hace poco te querías comer a besos y al que te morías por ver. El que tenía miedo de perderte cuando le arrancaste de cuajo el corazón. El hielo que se derritió. El de la taquicardia al esperarte en el aeropuerto. El de la princesa de fresa.
Ese soy yo.
Y me estaba encontrando, y te estaba encontrando. Si crees que ya no me amas, no te pido nada. Si te queda algo mínimo, deja que lo agrande. Ahora sí soy capaz. Unaaaaa, dooooos,tres.
Te quiero.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Un clavo ardiendo.

Sé lo que me espera.
Sé que quizá no vayas a poder con lo que te pasa.
Y yo, esperando a perderme en un pozo sin fondo, deseo que el clavo ardiendo aparezca.
Porque en éstas circunstancias, agarrarme a un clavo ardiendo sería, al menos, una esperanza de vida antes de caer al vacío que tira de mí bajo mis pies.
Dame ese clavo y aguantaré hasta que me seccione los dedos.
No te pido más.


lunes, 7 de marzo de 2011

...y cuando ya no quedan más partes de la cara que golpear, llega la vida y te da una patada en los cojones. Vale.

Venga, seamos amigos.

Siempre hemos sido amigos, no sé por qué nos empeñamos en dejar de serlo. Presión en el pecho, paseos por el oscuro pasillo dejando que la vida lije mi alma, buscándome a mí mismo sin encontrarme. Vacío, soledad. Llevémonos bien de nuevo, puta bastarda. Llevémonos bien de nuevo... Noche.

jueves, 24 de febrero de 2011

Un abrazo.

Aquel pequeño patio cuadrado con suelo frío y cuatro pareces vacías se convirtió en el escenario perfecto. El cielo estaba teñido de marrón aquella noche por la voraz contaminación lumínica de Madrid arropando sus cabezas y los edificios colindantes ejercían de muralla a su alrededor.

Se fundieron en un abrazo y, sin mediar palabra, desapareció la percepción del lugar y los sonidos, quedando únicamente su olor y su calor como referencia sensorial. Sus manos recorrían su espalda, apretándola contra su pecho. Sus labios tenían sed de su cuello.
Muere el exterior, late el interior.
Quería atrapar su alma, que estaba expuesta a la desorientación. Quería que se parara el mundo en ese instante. Supo que la amaba y que ella tenía el peligroso poder de hacer trizas su corazón con sólo un suspiro, pero tuvo que asumir el riesgo. Quiso asumirlo.

No sabría decirte si fueron dos, diez o cuarenta minutos. No me pidas que te diga cuánto mide la felicidad.
Sí puedo decirte que ese día él tuvo el poder de paralizar el tiempo. Aquel día tuvo el poder de pintar las estrellas en el cielo más lúgubre y vacío.

Era el poder del abrazo que se regalan dos almas cuando se aman por encima de los límites permitidos.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Soledad.

Nadie te llamó, lárgate.
Tú y yo tenemos una relación de amor y odio. A veces te necesito, otras te detesto.
Abandóname, llevas conmigo demasiado tiempo.


Algunas veces gano
y otras veces
pongo un circo y me crecen los enanos;
algunas veces doy con un gusano
en la fruta del manzano
prohibido del padre Adán...

Mírame. Yo soy el Norte.
Y sin embargo, me pierdo.






                                    

martes, 22 de febrero de 2011

?

Yo estoy apenas un pelo por encima de la nada, una molécula o dos por encima del punto de desvanecimiento de lo que constituye un ser humano.

Día Medalomismo.

Recuerdas la imagen de hace un par de días? Sí sí, la de los monos.
Era una puta minucia.

domingo, 20 de febrero de 2011

sábado, 19 de febrero de 2011

Día 35. Expectación.

No sé nada. No sé si estoy contento o triste. El experimento llega (teóricamente) a su fin, pero...
no sé si estoy contento. Tu experiencia llega a su fin pero...no sé si estoy triste. A ratos soy yo, a ratos no. A ratos eres tú, a ratos no. A ratos te amo, a ratos también.
No puedo más. He de saber quién eres, quién soy, dónde estoy y dónde estás.

Yo te amo...y tú a mí?

viernes, 18 de febrero de 2011

Día 34.

Observa la foto. Hay una silueta roja. Esa es la que lleva mi nombre. Así es como me siento demasiadas veces últimamente.
El último puto mono del universo.


miércoles, 16 de febrero de 2011

Día 32. Felicidad.

Hoy hace justo un mes que no hablamos. 768 horas que parecen 768 días.
Pero estoy medianamente feliz, podremos hacerlo muy pronto, mucho antes de lo que esperaba. Me muero por verte, me muero por hablarte, por escucharte, por besarte, por abrazarte.
Necesito tus caricias. Te necesito. Por fin volví a saborear la felicidad por instantes, y eso, sin tí, es prácticamente imposible.
Te amo.

martes, 15 de febrero de 2011

Día 31.

Por fin recibiste una señal mía. Por fin recibí una señal tuya.

Te voy a ser sincero, ayer quise que salieras de allí. No lo quise, lo deseé con todas mis fuerzas. Soy un egoísta, lo sé. Pero mi felicidad depende directamente de tu presencia. Hasta que no estés aquí no seré persona. Hasta que no estés aquí, no seré feliz. Sólo me haces falta tú.
Quiero que se acabe esta puta pesadilla ya. Dos meses más no va a haber quién los soporte.
Te amo, gracias por enviármelo.

lunes, 14 de febrero de 2011

Día 30. 30 días, un mes.

Eso es lo que hace que no te veo. El día 13 de Enero nos dijimos adiós, al menos físicamente. Aún puedo ver las lágrimas en tus ojos. Aún puedo sentir ese dolor que se siente por desgarro emocional.¿Cuánto tiempo he de estar aún sin tí?. ¿Hasta dónde podré soportar?. ¿Me quieres aún?. ¿Me olvidaste?. ¿Me necesitas?.
Preguntas sin respuesta. Créeme, eso es casi lo más duro de todo. Todo es suponer, imaginar, especular. Y en temas emocionales, es bastante jodido. Qué te voy a contar a tí...

Te amo. Si te vas, me matas.

Días 28 y 29. Siete.

El sábado hice algo que necesitaba. Quedé con mi buen (mejor) amigo M para meternos en la pechera unas copitas, ambos lo necesitábamos. Realizar una limpieza mental común aprovechándonos uno del otro. Y eso hicimos.
Risas, exaltación de la amistad, conversaciones sobre mujeres, temas filosóficos. Teorías para solucionar el mundo. Apoyo mútuo. Cuerpos que no bailan y sí lo hacen, sin miedo al ridículo, sin nada que temer.
Siete Jack Daniels con cocacola me bebí, hasta las siete de la mañana. Purificación mental conseguida sin pagar un precio físico demasiado alto. Pero la realidad siempre vuelve, y siete veces más te echaba de menos al acabar la noche.
Quiero que vuelvas ya. Quiero respirar tu aire. Quiero formar parte de tí y que tú formes parte de mí.

Con urgencia.

Gracias M. Gracias, Jack.

viernes, 11 de febrero de 2011

Días 26 y 27.

Sin duda alguna, de la gente que hay ahí dentro tú eres, con diferencia, la que más hace por putear (aunque sea sin querer) a quien está esperando fuera. Aguanto, al menos de momento, porque te debo más de una, pero me decepcionas por instantes.
Dónde estoy?...ya ni lo sé.
Yo no lo haría. Hay comentarios, gestos y actos que sólo sirven para putear. Si no te das cuenta, sobreestimé tu inteligencia. Si te das cuenta, lo hice con tu bondad.
Y no ha pasado ni un mes...

miércoles, 9 de febrero de 2011

Diás 24 y 25.

Dormir.
Me encanta dormir, pero lo justo. Ocho horas. Vuelvo a dormir como debo, vuelvo a quedarme dormido cuando me pongo una peli por la noche, vuelvo a remolonear para levantarme de la cama.
Todo vuelve más o menos a la normalidad poco a poco. Lo que parecía el fin del mundo hace veinte días, hoy está asumido.
Lo que digo siempre: Al final, uno se hace a todo, por muy imposible que parezca.

Te amo.

lunes, 7 de febrero de 2011

Día 23. Presencia.

Los días van pasando más rápido y los detalles que antes me preocupaban tanto ahora apenas lo hacen.
Hoy he leído algo precioso, en el momento adecuado. Sigo ahí, me lo has dejado claro.
Gracias por abrir mis pulmones, podré respirar decentemente por un tiempo.
Te amo.

Día 22.

He hecho de la pasividad mi inmunidad, mi escudo.
Ponerme en modo frío me ayuda. Volveré al modo en el que estaba cuando vuelvas, no te preocupes.
Te quiero, te echo de menos.

sábado, 5 de febrero de 2011

jueves, 3 de febrero de 2011

lunes, 31 de enero de 2011

Día 16. Vacío.

Veintinueve mensajes has escrito en los cuales se encuentra una palabra de cinco letras que podría ir dirigida a mí. Da la impresión de que se te ha olvidado todo por completo, no haces un ápice para que te sienta cerca o para sentirme presente en tu cabeza. Hay cientos de palabras que pasarían inadvetidas para los demás que yo sí podría descifrar. No has puesto ni una.
A partir de hoy, ni me voy a seguir rebanando los sesos para que te lleguen mensajes, ni voy a seguir asaltando mi factura telefónica con el mismo fin. Aquí follamos todos o la puta al río.
Lo que escribes no me vale para nada. Está vacío.


Edito al finalizar la tarde. 30 mensajes, 2 palabras de 5 letras. Oxígeno para unos días.

domingo, 30 de enero de 2011

Día 15. Dolor intenso.

Hoy he acabado con una etapa importante de mi vida. Me duele el alma y estoy igual de cerca de quedar con cara de gilipollas que de ser el más feliz del mundo.

sábado, 29 de enero de 2011

Día 14. Inmunidad e Impotencia.

Hoy es Sábado, 29-1-2011.

He visto detalles que no me han gustado. Por un lado, tu preocupación evidente por algo, por varias cosas. Por otro, los acercamientos de alguien que no acaban de gustarme. A ésto último me he vuelto medio inmune (¨no es nada¨), pero no ocurre lo mismo con lo primero, querría consolarte.
Bienvenida, impotencia, coge sitio y ponte cómoda, que creo que vamos a convivir juntos un tiempo.

viernes, 28 de enero de 2011

Día 13.

Parece que voy descansando un poco mejor, mi mente se va adaptando a la pesadilla que le ha tocado vivir.
Sigo haciéndo números durante el día: ¨Tienen que pasar los dias que han pasado ya siete veces¨...¨Tiene que pasar aún el mismo tiempo que lo que ha transcurrido desde que me mandó tal mensaje¨...y así hasta rozar la pérdida de cordura.
Dentro de una semana, podré decir que ya ha pasado CASI una cuarta parte de todo.
No dejo de imaginar el día que vuelvas. No dejo de pensar en que te reduciré a partículas del abrazo que te daré. No dejo de pensar que te mataré por falta de aire de tanto besarte.
No dejo de pensar.


En tí.

jueves, 27 de enero de 2011

Día 12. Hey, éste chip funciona!

Parece que vuelvo a descansar. Me dormí cuando debía y no me he despertado demasiado pronto. Disfruto de tu felicidad de nuevo.
Ahora sólo espero que mi cabeza no vuelva a traicionarme. Que ganas tengo de verte...

miércoles, 26 de enero de 2011

Día 11. ¨Nostalgia¨

Después del cabreo monumental de ayer, decidí cambiar el chip. No volví a comprar tabaco, he hecho ejercicio ésta mañana.
No te veré por las noches, lo haré solamente por las mañanas y me olvidaré de tí todo lo posible durante el resto del día (me refiero a tí y donde estás). Mi descanso me lo va a agradecer.
Repasando hoy lo que me causó tal hinchamiento de pelotas, entendí una palabra saliendo de tu boca con cara de ¨jo¨ que no capté antes: ¨NOSTALGIA¨
Dos escenas después, andas haciendo el bobo con el mequetrefe aquel, pero de eso ya no me acuerdo.
¨NOSTALGIA¨


Te amo. Te echo de menos.

martes, 25 de enero de 2011

Día 10.

Me arrastro de día, deambulo de noche. Creo que no podré aguantar, se torna insoportable por momentos. No me ayudas.
Sigo fumando, no salgo a correr, dejé de nuevo el ejercicio.
No me puedo creer que en una semana ocupes ciertas cosas con otro. No quiero creerlo, me agarro a lo que sea. No quiero perderte. No sé si te conozco.

lunes, 24 de enero de 2011

Día 9, Lunes. Soy un zombie.

Anoche logré dormirme a las 4:00 AM, un horario impensable para dormir un domingo hasta hace poco más de una semana. He de hacer algo, tengo que descansar. Aparqué el tabaco, ayer volví a caer. Hoy lo vuelvo a dejar.
Salgo a correr, levanto peso por las mañanas, como y bebo mejor que antes...por tí.
Pero no logro descansar.

Esta mañana me volviste a tocar intensamente. Ves?...sólo con eso ya tengo el día feliz.
Te amo.

A la noche vi algo que no me gustó nada. Empiezo a asumir que te pierdo, tus palabras empiezan a tener poco peso, las imágenes pueden. De nuevo, a las 4:00 AM sigo aún despierto.

Antes de ésto, me intento distraer con lectura y una copa de vino. lo logro a medias, hasta que suena una canción que escuché contigo no hace mucho:



...al final acabaré creyendo que fué la última.

Días 7 y 8.

Es fin de semana, sábado, y la soledad sigue haciendo estragos en mí bastante a menudo aún.
Domingo. Hoy te veo, como siempre, desde la distancia. Noto lejanía y frialdad, ni un sólo signo de estar presente en tí, pero es comprensible (aunque difícil).
A última hora, recibes algo mío. La respuesta, ambigüa. Fría y caliente a la vez.
Te echo tanto de menos...

viernes, 21 de enero de 2011

Día 6. Desesperación.

Siguen sin llegar señales. Empiezan los buitres a rodearte, de momento y aparentemente, han sido rechazados.
Hoy estoy peor que ayer. No sé si podré aguantar ésto, jamás había sufrido tanto y sólo han pasado 6 días de 90.
Necesito con urgencia algo que me diga que me tienes presente, lo que sea, cualquier cosa.
Escribí algo al levantarme en el cristal:

Día 5.

Sin señales de que me recuerdes, se empieza a hacer difícil. Me levanté llorando y me acosté de la misma forma. Mi cabeza empieza a traicionarme.

miércoles, 19 de enero de 2011

Días 3 y 4.

Aún quedan vestigios de tu última estancia en casa. Tu toalla secándose, alguna vela que no quiero recoger de la cena, pelos tuyos en mis sábanas, un vaso con tus labios marcados...me cuesta quitarlos. Parece que te ví hace ya meses.

Me agarraste hoy con fuerza, cuánta vida me das al hacerlo...sé que te acuerdas de mi, esa es tu señal.
Estoy bien. Te amo.

Me quedaré con tu manta de momentos especiales.

martes, 18 de enero de 2011

Día 2. Niebla con sol.

El echarte de menos es algo que no me voy a poder quitar de encima hasta que vuelva a tenerte entre mis brazos. Pero he aprendido a domarlo, mientras no quede otro remedio, conviviré con ello en armonía.

Estabas preciosa, me llevabas en el pecho y aquella palabra la interpreté a mi antojo.
Te veo feliz y por ello me haces feliz a mí.
Te amo.

lunes, 17 de enero de 2011

Día 1. Agrio y dulce.

-¨No te imaginas lo feliz que soy por tenerte, te amo¨

Poco después de leer en un mensaje éstas palabras, desapareció para tres meses.
Hoy es el día uno de noventa. Algo más de un 1% de todo.

Ni siquiera puedo ver por las lágrimas. Ni siquiera puedo respirar decentemente. Mi cuerpo es lo más parecido a un flan llevado en bandeja y a pata coja con un terremoto de la escala 22. Ha llenado un hueco entero que se ha quedado vacío de su presencia.
Me siento tan...solo.

El día transcurre con tristeza, que alguien me levante el velo de los ojos, veo oscuro. El día está soleado, pero veo nubarrones. Estoy siendo un egoísta, -¨reacciona tío¨. Empiezo a comprender que su ausencia no va a ser más que para bien, que lo merece, que está feliz y que yo debo estarlo porque ella lo está. ¨Hey, espera, parece que empieza a salir el sol¨.

Llega la hora, te voy a ver sin que me veas.
Ahí sales...eres tan bonita...me siento tan orgulloso, te quiero tanto...
Y de nuevo las lágrimas, pero espera, éstas son diferentes, son de alegría. Porque vas a tener suerte, porque te apoyamos, porque vas a crecer, porque te veo feliz.
Y eso es todo lo que quiero. Verte feliz.

El principio de la Eternidad.

¨Te quiero, te quiero, te amo...¨
Para mí, decir algo así ya era ficticio, improbable. Sé que mucha gente lo dice, pero yo, para decirlo, tengo que sentirlo. Sentirlo muy fuerte.

Las historias de amor puro no vienen de regalo con los Phoskitos ni con el Cola-Cao de Kilo. Ni siquiera se encuentran fácilmente en las personas que lo buscan con todas las ganas posibles y creen haberlo encontrado.
Mi historia es de amor puro y yo no creo haberlo encontrado. Sé que lo he encontrado.
No te voy a contar esa historia, no te daré ningún detalle más de lo estrictamente necesario.

Esta va a ser la historia real (o no) en tiempo real (o no)de alguien que repitió y que recibió ¨Te quiero, te quiero, te amo...¨ fácilmente cientos de veces en los últimos días y al que le arrebataron durante tres meses lo que más amaba. Sin comunicación posible. Sin contacto alguno y con el hándicap de que uno de los dos puede ver al otro en ocasiones, sólo verlo, nada más, sin ser recíproco.

Quien lo siga o no, no me importa. Quien lo lea o no, tampoco.
En tres meses será leído por quien debe leerlo.

miércoles, 5 de enero de 2011

Miedo

Te diré una cosa, todos mis miedos vienen por una sola causa.
El miedo a no poder besarte, a quererte sin tenerte, a que desaparezcas temporalmente de mi vida sin desaparecer de mi corazón ni cabeza.
A no poder decirte que te quiero, a que te olvides de mí, a que otro sustituya mi lugar y yo sea espectador de ello. Tengo miedo a que dejes de quererme.

Todo ese miedo existe porque te amo. Te amo como nunca jamás amé a nadie.
Podré con ello, te estaré esperando. El hueco entero será tuyo. Me arrancaste algo de cuajo...te lo quedaste.