Powered By Blogger

lunes, 31 de enero de 2011

Día 16. Vacío.

Veintinueve mensajes has escrito en los cuales se encuentra una palabra de cinco letras que podría ir dirigida a mí. Da la impresión de que se te ha olvidado todo por completo, no haces un ápice para que te sienta cerca o para sentirme presente en tu cabeza. Hay cientos de palabras que pasarían inadvetidas para los demás que yo sí podría descifrar. No has puesto ni una.
A partir de hoy, ni me voy a seguir rebanando los sesos para que te lleguen mensajes, ni voy a seguir asaltando mi factura telefónica con el mismo fin. Aquí follamos todos o la puta al río.
Lo que escribes no me vale para nada. Está vacío.


Edito al finalizar la tarde. 30 mensajes, 2 palabras de 5 letras. Oxígeno para unos días.

domingo, 30 de enero de 2011

Día 15. Dolor intenso.

Hoy he acabado con una etapa importante de mi vida. Me duele el alma y estoy igual de cerca de quedar con cara de gilipollas que de ser el más feliz del mundo.

sábado, 29 de enero de 2011

Día 14. Inmunidad e Impotencia.

Hoy es Sábado, 29-1-2011.

He visto detalles que no me han gustado. Por un lado, tu preocupación evidente por algo, por varias cosas. Por otro, los acercamientos de alguien que no acaban de gustarme. A ésto último me he vuelto medio inmune (¨no es nada¨), pero no ocurre lo mismo con lo primero, querría consolarte.
Bienvenida, impotencia, coge sitio y ponte cómoda, que creo que vamos a convivir juntos un tiempo.

viernes, 28 de enero de 2011

Día 13.

Parece que voy descansando un poco mejor, mi mente se va adaptando a la pesadilla que le ha tocado vivir.
Sigo haciéndo números durante el día: ¨Tienen que pasar los dias que han pasado ya siete veces¨...¨Tiene que pasar aún el mismo tiempo que lo que ha transcurrido desde que me mandó tal mensaje¨...y así hasta rozar la pérdida de cordura.
Dentro de una semana, podré decir que ya ha pasado CASI una cuarta parte de todo.
No dejo de imaginar el día que vuelvas. No dejo de pensar en que te reduciré a partículas del abrazo que te daré. No dejo de pensar que te mataré por falta de aire de tanto besarte.
No dejo de pensar.


En tí.

jueves, 27 de enero de 2011

Día 12. Hey, éste chip funciona!

Parece que vuelvo a descansar. Me dormí cuando debía y no me he despertado demasiado pronto. Disfruto de tu felicidad de nuevo.
Ahora sólo espero que mi cabeza no vuelva a traicionarme. Que ganas tengo de verte...

miércoles, 26 de enero de 2011

Día 11. ¨Nostalgia¨

Después del cabreo monumental de ayer, decidí cambiar el chip. No volví a comprar tabaco, he hecho ejercicio ésta mañana.
No te veré por las noches, lo haré solamente por las mañanas y me olvidaré de tí todo lo posible durante el resto del día (me refiero a tí y donde estás). Mi descanso me lo va a agradecer.
Repasando hoy lo que me causó tal hinchamiento de pelotas, entendí una palabra saliendo de tu boca con cara de ¨jo¨ que no capté antes: ¨NOSTALGIA¨
Dos escenas después, andas haciendo el bobo con el mequetrefe aquel, pero de eso ya no me acuerdo.
¨NOSTALGIA¨


Te amo. Te echo de menos.

martes, 25 de enero de 2011

Día 10.

Me arrastro de día, deambulo de noche. Creo que no podré aguantar, se torna insoportable por momentos. No me ayudas.
Sigo fumando, no salgo a correr, dejé de nuevo el ejercicio.
No me puedo creer que en una semana ocupes ciertas cosas con otro. No quiero creerlo, me agarro a lo que sea. No quiero perderte. No sé si te conozco.

lunes, 24 de enero de 2011

Día 9, Lunes. Soy un zombie.

Anoche logré dormirme a las 4:00 AM, un horario impensable para dormir un domingo hasta hace poco más de una semana. He de hacer algo, tengo que descansar. Aparqué el tabaco, ayer volví a caer. Hoy lo vuelvo a dejar.
Salgo a correr, levanto peso por las mañanas, como y bebo mejor que antes...por tí.
Pero no logro descansar.

Esta mañana me volviste a tocar intensamente. Ves?...sólo con eso ya tengo el día feliz.
Te amo.

A la noche vi algo que no me gustó nada. Empiezo a asumir que te pierdo, tus palabras empiezan a tener poco peso, las imágenes pueden. De nuevo, a las 4:00 AM sigo aún despierto.

Antes de ésto, me intento distraer con lectura y una copa de vino. lo logro a medias, hasta que suena una canción que escuché contigo no hace mucho:



...al final acabaré creyendo que fué la última.

Días 7 y 8.

Es fin de semana, sábado, y la soledad sigue haciendo estragos en mí bastante a menudo aún.
Domingo. Hoy te veo, como siempre, desde la distancia. Noto lejanía y frialdad, ni un sólo signo de estar presente en tí, pero es comprensible (aunque difícil).
A última hora, recibes algo mío. La respuesta, ambigüa. Fría y caliente a la vez.
Te echo tanto de menos...

viernes, 21 de enero de 2011

Día 6. Desesperación.

Siguen sin llegar señales. Empiezan los buitres a rodearte, de momento y aparentemente, han sido rechazados.
Hoy estoy peor que ayer. No sé si podré aguantar ésto, jamás había sufrido tanto y sólo han pasado 6 días de 90.
Necesito con urgencia algo que me diga que me tienes presente, lo que sea, cualquier cosa.
Escribí algo al levantarme en el cristal:

Día 5.

Sin señales de que me recuerdes, se empieza a hacer difícil. Me levanté llorando y me acosté de la misma forma. Mi cabeza empieza a traicionarme.

miércoles, 19 de enero de 2011

Días 3 y 4.

Aún quedan vestigios de tu última estancia en casa. Tu toalla secándose, alguna vela que no quiero recoger de la cena, pelos tuyos en mis sábanas, un vaso con tus labios marcados...me cuesta quitarlos. Parece que te ví hace ya meses.

Me agarraste hoy con fuerza, cuánta vida me das al hacerlo...sé que te acuerdas de mi, esa es tu señal.
Estoy bien. Te amo.

Me quedaré con tu manta de momentos especiales.

martes, 18 de enero de 2011

Día 2. Niebla con sol.

El echarte de menos es algo que no me voy a poder quitar de encima hasta que vuelva a tenerte entre mis brazos. Pero he aprendido a domarlo, mientras no quede otro remedio, conviviré con ello en armonía.

Estabas preciosa, me llevabas en el pecho y aquella palabra la interpreté a mi antojo.
Te veo feliz y por ello me haces feliz a mí.
Te amo.

lunes, 17 de enero de 2011

Día 1. Agrio y dulce.

-¨No te imaginas lo feliz que soy por tenerte, te amo¨

Poco después de leer en un mensaje éstas palabras, desapareció para tres meses.
Hoy es el día uno de noventa. Algo más de un 1% de todo.

Ni siquiera puedo ver por las lágrimas. Ni siquiera puedo respirar decentemente. Mi cuerpo es lo más parecido a un flan llevado en bandeja y a pata coja con un terremoto de la escala 22. Ha llenado un hueco entero que se ha quedado vacío de su presencia.
Me siento tan...solo.

El día transcurre con tristeza, que alguien me levante el velo de los ojos, veo oscuro. El día está soleado, pero veo nubarrones. Estoy siendo un egoísta, -¨reacciona tío¨. Empiezo a comprender que su ausencia no va a ser más que para bien, que lo merece, que está feliz y que yo debo estarlo porque ella lo está. ¨Hey, espera, parece que empieza a salir el sol¨.

Llega la hora, te voy a ver sin que me veas.
Ahí sales...eres tan bonita...me siento tan orgulloso, te quiero tanto...
Y de nuevo las lágrimas, pero espera, éstas son diferentes, son de alegría. Porque vas a tener suerte, porque te apoyamos, porque vas a crecer, porque te veo feliz.
Y eso es todo lo que quiero. Verte feliz.

El principio de la Eternidad.

¨Te quiero, te quiero, te amo...¨
Para mí, decir algo así ya era ficticio, improbable. Sé que mucha gente lo dice, pero yo, para decirlo, tengo que sentirlo. Sentirlo muy fuerte.

Las historias de amor puro no vienen de regalo con los Phoskitos ni con el Cola-Cao de Kilo. Ni siquiera se encuentran fácilmente en las personas que lo buscan con todas las ganas posibles y creen haberlo encontrado.
Mi historia es de amor puro y yo no creo haberlo encontrado. Sé que lo he encontrado.
No te voy a contar esa historia, no te daré ningún detalle más de lo estrictamente necesario.

Esta va a ser la historia real (o no) en tiempo real (o no)de alguien que repitió y que recibió ¨Te quiero, te quiero, te amo...¨ fácilmente cientos de veces en los últimos días y al que le arrebataron durante tres meses lo que más amaba. Sin comunicación posible. Sin contacto alguno y con el hándicap de que uno de los dos puede ver al otro en ocasiones, sólo verlo, nada más, sin ser recíproco.

Quien lo siga o no, no me importa. Quien lo lea o no, tampoco.
En tres meses será leído por quien debe leerlo.

miércoles, 5 de enero de 2011

Miedo

Te diré una cosa, todos mis miedos vienen por una sola causa.
El miedo a no poder besarte, a quererte sin tenerte, a que desaparezcas temporalmente de mi vida sin desaparecer de mi corazón ni cabeza.
A no poder decirte que te quiero, a que te olvides de mí, a que otro sustituya mi lugar y yo sea espectador de ello. Tengo miedo a que dejes de quererme.

Todo ese miedo existe porque te amo. Te amo como nunca jamás amé a nadie.
Podré con ello, te estaré esperando. El hueco entero será tuyo. Me arrancaste algo de cuajo...te lo quedaste.