Powered By Blogger

lunes, 17 de enero de 2011

El principio de la Eternidad.

¨Te quiero, te quiero, te amo...¨
Para mí, decir algo así ya era ficticio, improbable. Sé que mucha gente lo dice, pero yo, para decirlo, tengo que sentirlo. Sentirlo muy fuerte.

Las historias de amor puro no vienen de regalo con los Phoskitos ni con el Cola-Cao de Kilo. Ni siquiera se encuentran fácilmente en las personas que lo buscan con todas las ganas posibles y creen haberlo encontrado.
Mi historia es de amor puro y yo no creo haberlo encontrado. Sé que lo he encontrado.
No te voy a contar esa historia, no te daré ningún detalle más de lo estrictamente necesario.

Esta va a ser la historia real (o no) en tiempo real (o no)de alguien que repitió y que recibió ¨Te quiero, te quiero, te amo...¨ fácilmente cientos de veces en los últimos días y al que le arrebataron durante tres meses lo que más amaba. Sin comunicación posible. Sin contacto alguno y con el hándicap de que uno de los dos puede ver al otro en ocasiones, sólo verlo, nada más, sin ser recíproco.

Quien lo siga o no, no me importa. Quien lo lea o no, tampoco.
En tres meses será leído por quien debe leerlo.

No hay comentarios: